domingo, 8 de abril de 2012

Un feo día para mi ego

Cuando yo estoy triste, nunca nadie me consuela, por esta razón las demás personas dejarían de consolar a otros. Pero yo no. 
Yo sigo siempre atrás de aquellos que me necesitan, pensando que quizá algún día cuando yo este mal, ellos recuerden como yo los ayude.
Pero cuando nuevamente me pasan cosas malas, y no me dejan de llover malas noticias, nadie esta acá para ayudarme.
Hasta que un día un chico, me habló, me escuchó, estuvo en ese momento para mí. Fui tan feliz a su lado...


Hoy me siento mal, siento que el cielo cada vez se cae más rápido sobre mi, siento que un mar de angustias está atacando mi mundo. Y tengo tantas ganas de hablar con vos para que me ayudes como lo hiciste la otra vez, pero no sé cómo. 
Me siento tonta, al lado de todos tus amigos intentando hablarte, llamar tu atención, me siento tonta.

Y así es como yo, mi vergüenza, mi angustia, y todo eso nos vamos quedando solos, sin nadie para ayudarnos. 

Conclusiones

Te escapaste, no pensaste que había otras personas a las que le podía caer mal lo que hiciste. 
Pero ya sé que en el fondo me queres, espero.
Aunque no respondas mis mails, ni nada de estas cosas ciberneticas que hago para llamar tu atención.
Y después me pongo a pensar, tal vez no tiene señal, o tal vez se le rompió la compu, o tal vez un extraterrestre los raptó. 
Pero después veo como actualizas cosas en tu muro de facebook, o pones fotos,etc. 
Y pienso, bueno quizá no le llegó, o quizá sin querer borró el mail, o quizá le agarró un problema en el que no puede leer las cosas que yo le escribo. 

Yo sé que si te pasa algo voy a ir corriendo a buscarte y ver como estas, pero al mismo tiempo, siempre que te necesito vos no estás. Y aunque siga buscando más escusas, tarde o temprano voy a empezar a creer que te chupo un huevo. Y eso es lo que más miedo me da.